Smeg
“¡Oh!” Es lo primero que haces cuando ves por primera vez una nevera Smeg de la línea Años 50. Ése es el verdadero poder de unas buenas curvas…
Muy probablemente, esta línea es heredera de la gran revolución iniciada por el célebre diseñador industrial americano Raymond Loewy con su frigorífico Coldspot (1934), el electrodoméstico culpable de que el mundo de la tendencia permeabilizara de la moda al hogar. ¿Por qué? Porque Loewy creó algo más que un frigorífico, una pieza de diseño moderno, un objeto bello ante el cual exclamar “¡Oh!”.
La estética de los electrodomésticos Smeg y los mundos que recrea trascienden su propia funcionalidad y los convierte en elementos de cultura.
Ésta es también la filosofía de la empresa a lo largo de sus 60 años de historia: traspasar el concepto de electrodomésticos al estudio de las formas por parte de arquitectos de fama mundial, como Renzo Piano, Newson…
Y con ellos, forma, color, buenos materiales, funcionalidad, tecnología, arrancan “Ohs” por doquier y configuran un nuevo concepto de domesticidad. Una domesticidad llena de curvas y colores sorprendentes como azul pastel, verde lima, naranja, amarillo, rosa…
Incluso estampados a rayas, temáticos o incluso la Union Jack, aplicados a neveras, lavadoras, lavavajillas, vitrocerámicas y chimeneas a gas.
Su producto más vendido es la gama de encimeras “Opera”, como el modelo A1, que ya es todo un icono del diseño, y el frigorífico FAB28 y similares.
Todos ellos deberían tener representante, pues son incontables las veces que han aparecido en la pequeña y la gran pantalla (no te confundas con la Smug de Wallace & Gromit…)
Fundada en 1948 por Vittorio Bertazzoni, Smeg (Smalterie Metallurgiche Emiliane Guastalla) sigue en manos de la misma familia Bertazzoni y conserva su sede en Guastalla. Y desde ese pequeña localidad al resto del mundo. Smegtacular.