Pocas casas tienen este olor a madera recién cortada. Madera fina, madera noble, madera de carpintero.

Pocas casas tienen estos colores recién pintados. Color blanco, beige, colores serenos, tranquilos, neutros, escogidos por alguien con mirada elegante.

Pocas casas están frente al mar y ofrecen el privilegio de disfrutar de los diferentes tonos del agua cuando se acerca una tormenta, de sentir la brisa del mar en sobremesas de madrugada en la terraza, de poder decir "voy a darme un chapuzón y vuelvo en dos minutos".

Pocas casas tienen esta luz. Blanca, clara, luz del Mediterráneo que todo lo inunda, desde el comedor hasta la cocina.

Pocas casas hay como ésta. Pocas casas están recién reformadas y con tanto acierto. Pocas casas ofrecen tanta felicidad y por eso ésta es una ocasión única, porque casas como ésta pasan de padres a hijos.