Concurso de Proyectos Monapart · La Llave de Oro
Q9 MAGAZINE | 08.07.2013
El pasado mes de junio tuvo lugar el acto de clausura de una experiencia que unió a empresa y universidad en un mismo ejercicio. Q9Magazine, invitados por Monapart, no quiso perderse el resultado de este experimento. La promotora La Llave de Oro ejerció el papel de cliente aportando tres solares para el desarrollo de tres edificios de viviendas en Barcelona en la clase de proyectos de segundo curso de la Escuela de Arquitectura La Salle BCN.
Los alumnos tendrían un mes y medio para la elaboración de sus proyectos. Monapart e InAtlas ejercían el papel de asesores preparando un listado de requerimientos y necesidades propios para cada solar, ya que sus ubicaciones (Gràcia, Sant Andreu y Ciutat Vella) y público al que iban dirigidos, eran muy distintos y necesitaban de soluciones personalizadas para cada situación.
El acto de clausura se compuso de la elección de las mejores propuestas, las conclusiones de cada una de las “partes contratantes” y la entrega de premios como recompensa al esfuerzo más allá de la valoración académica.
Los responsables de La Llave de Oro se lo pasaron literalmente “pipa” escogiendo entre los ejercicios de los alumnos, destacando las ideas frescas que se llevaban para futuros proyectos.
José Luis Echeverría, en representación de Monapart, comentaba la necesidad de este tipo de experiencias, no sólo para los alumnos sino también para los docentes, ya que al final tener que responder a una normativa, a unas expectativas de mercado y a un cliente, al fin y al cabo, obliga al alumno a ser más coherente y a no dejarse llevar por valores únicamente estéticos o funcionales sino además por otros valores como la rentabilidad que sacará su cliente de su propuesta.
Pau Pérez, responsable de la asignatura, destacó por encima de todo el trabajo con la realidad; la realidad de un emplazamiento cercano, la realidad de un cliente exigente, la realidad a la hora de expresar las ideas del proyecto… En definitiva la realidad del trabajo de un arquitecto.
Por último, y lo más importante, la conclusión del alumno es que, a pesar de, como siempre, faltar tiempo para desarrollar las propuestas y el esfuerzo añadido que supone el tener que responder ya no sólo a tu profesor de proyectos, sino además a un cliente externo, este tipo de experiencias merecen la pena ya que abren la mente y dejan meter la nariz en el mundo profesional de una manera más palpable.
