La compra de una vivienda es, por lo general, una decisión a largo plazo. Por eso es importante valorar los pros y contras, saber bien qué puedes conseguir y a qué tendrás que renunciar. Por ejemplo, si compras una vivienda de segunda mano estarás renunciando a las comodidades de una construcción reciente; y si compras una vivienda nueva, en muchos casos renuncias al encanto y la autenticidad de los materiales de construcción que se empleaban antes. Tener lo mejor de ambos mundos es casi imposible. Es como querer vivir en una zona alejada del centro pero a pocos minutos del centro, o a pocas horas de otras ciudades o de otros países. Es casi imposible. Casi.