Cómo usamos (y abusamos) de nuestro hogar en tiempos de confinamiento
La encuesta "El hogar en tiempos de confinamiento" realizada por Monapart junto con el Grupo de investigación “Habitar” de la Universitat Politècnica de Catalunya a cerca de 1.000 participantes, ha arrojado datos reveladores para analizar cómo estamos usando nuestros hogares en tiempos de confinamiento en esta "nueva normalidad".
Muestra encuestada
Se ha encuestado a una muestra de 938 personas repartidas por todo el territorio nacional. La franja de edad más representada en la muestra cubre de los 35 a los 55 años de edad (59%) respecto a un 24,7% que son menores de 35 años y un 16,3% de mayores de 55.
El 50,2% vive en régimen de propiedad, el 46,4% en régimen de alquiler y el 3,4% de alquiler en vivienda compartida.
Un 20% tiene perro frente a un 80% que no.
La encuesta ha sido realizada por Monapart junto con el Grupo de Investigación "Habitar" de la Universitat Politècnica de Catalunya, si bien las conclusiones de este informe son solo atribuibles a Monapart.
Tipología de vivienda
El 85,7% son unidades familiares de 2 ó más personas y el 90,5% de las viviendas de 2 ó más habitaciones, sin embargo y con independencia del número de miembros, la cantidad media de habitaciones apenas supera las tres siendo 2,03 habitaciones de media en viviendas unipersonales; 2,40 en viviendas de dos; 2,97 en viviendas de tres; 3,22 en viviendas de 4; y 2,73 habitaciones en viviendas de 5 o más miembros.
El 44,5% de las viviendas tiene salida a un balcón o terraza en el que cabe, al menos, una mesa para seis personas o dispone de patio o jardín, mientras que un 15,2% no dispone de ninguna forma de salida al exterior (ni siquiera balcón) y un 2,70% no ve el cielo desde ninguna habitación.
El hackeo de la vivienda a causa del confinamiento
Tras casi 45 días viviendo intensamente en su domicilio, un 53,6% de los encuestados dice sentirse a gusto en casa (46% de éstos en vivienda de alquiler) frente al 6,9% que afirma lo contrario habiendo hecho o no algún cambio a su vivienda.
Un 23,2% reconoce que estaría más a gusto en la vivienda de poder realizar algunos cambios, pero que ahora no puede llevarlos a cabo, mientras un 16,23% sí los ha hecho.
Usos de la vivienda durante el confinamiento (en % de encuestados)
Las estancias han ampliado sus usos. A la pregunta de qué actividades diferentes están haciendo en cada estancia, los resultados son: “gimnasia / yoga / baile” en el salón o el pasillo; “trabajo” en el despacho, el comedor o el dormitorio; y “juegos con los niños” en sala, terraza, pasillo.
Un 49,4% no dispone de zonas comunes en el edificio, a un 21,12% se le ha prohibido el uso pero un 21,9% ha seguido usando las zonas comunes a pesar de la prohibición y un 7,5% ha renunciado a su uso a pesar de estar permitido.
La muestra encuestada alcanza los 938 hogares repartidos por todo el territorio nacional.
Respuestas a destacar
- “Hemos quitado las plantas del balcón para poder sacar una silla al sol. Además practicamos gimnasia en el salón.”
- “El comedor es la sala de la NASA para los deberes de los niños, el pasillo es la zona de deporte y lo que era la sala multiuso es ahora un nuevo despacho.”
- “Playmobil en el pasillo, comedor como sala de juegos, dormitorio como estudio y terraza como comedor.”
- “El recibidor y el pasillo son los lugares donde "reposa" la compra antes de pasar a la cocina. En el pasillo está la cesta de la ropa que va a ser lavada a 60 grados. Son la antesala de las zonas limpias.”
- “En la cocina, hemos adaptado un espacio para trabajar. Además, como tiene una luz muy bonita, hemos colgado papeles bastante grandes en las paredes para poder escribir y pintar. En la galería hemos montado un pequeño huerto colgante y en la sala de estar hemos preparado los elementos "inventados", para hacer gim o jugar bailando.”
- “Practico ballet tres días a la semana en el salón. Durante estas sesiones mi novio juega al ajedrez o realiza sus estiramientos en la habitación, así nos damos un respiro. El balcón, además de ser un lugar de encuentro con los vecinos, se ha convertido en mi lugar elegido para tener videoconferencias (tanto por trabajo como personales).”
El estar mucho tiempo en casa ha promovido una serie de actuaciones que hackean la vivienda. Así, el 54,1% ha cambiado la disposición de muebles para adaptar las estancias a un uso polivalente; el 52,3% se ha deshecho de cosas o las ha apartado temporalmente; el 33,7% ha acondicionado el balcón para poder pasar más tiempo en él y el 26,9% se ha construido un espacio de trabajo improvisado. Además, han sido muchas las personas que han aprovechado estos días para realizar bricolaje doméstico, pintar parte o toda la vivienda, restaurar muebles o construirse mobiliario a medida.
¿Qué hemos aprendido tras someter nuestra vivienda a una “prueba de carga” extrema?
Cuatro conclusiones principales:
- Un 15,4% considera que los pasillos dan más juego del esperado. En él se ha hecho gimnasia, caminado, patinado o se ha convertido en el campo de juegos de los más pequeños.
- Un 24,8% ha descubierto más de un lugar en el que instalar un despacho, el cual ha acabado ocupando sobretodo la mesa del comedor o la cocina, o montajes ad hoc en el dormitorio o en rincones infrautilizados de la vivienda.
- Un 77% ha descubierto que, a pesar de estar todo el día en la vivienda, ha relegado el uso de la sala de estar a las últimas horas del día.
- Un 17% considera ahora que la cocina abierta al salón-comedor no es la mejor idea.
Acciones a futuro
Por último y en relación a las posibles acciones de futuro, el 57% encuestado no se plantea hacer ningún cambio sustancial en su vivienda frente a un 13,3% que prevé hacer cambios en alguna habitación y un 15% que prevé hacer alguna modificación que puede suponer una pequeña obra.