Un buen final en Chinchilla
La venta de esta #viviendabonita por parte de Monapart Albacete ha sido muy especial y es un buen ejemplo de que en ocasiones los acontecimientos se suceden como en un buen libro, como en esa novela donde todo está preparado para resolverse en los últimos instantes. ¿No fue Shakespeare el que acuñó la frase "All's well that ends well?" (Bien está lo que bien acaba). Pues esa es la idea.
La venderora, ya expropietaria de “El faro de La Mancha”, que así es como ella denomina a esta preciosa casa, nos encargó la gestión de la comercialización de la vivienda con una fecha de caducidad. Disponíamos de 3 meses y medio, ni un día más, para encontrar a la familia idónea que quisiera disfrutar de una segunda etapa de la casa. Si no lo conseguíamos, ella cancelaría sus planes de cambio y continuaría viviendo en la casa.
Disponíamos de 3 meses y medio, ni un día más, para encontrar a la familia idónea que quisiera dar una nueva vida a esta casa.
Las casas son como las personas y necesitan ser entendidas. Y no fue hasta el penúltimo día del plazo fijado cuando una pareja visitó la casa y notó, de forma clara y rotunda, esa alegría de encontrar algo que se busca desde hace tiempo. Les faltó gritar: ¡Eureka!, aunque sé que lo sintieron.
Les atrapó ese suelo con ladrillos artesanales de barro cocido, se enamoraron de su buhardilla, les encantaron las vistas, se imaginaron a su peque corriendo por los pasillos y disfrutando de ese parque que casi forma parte de la casa... Entendieron que esta casa no es solo una casa, es un lugar con alma en el que dar rienda suelta a su marcada inquietud artística, a sus sueños y a toda su pasión por la vida.
Una buena historia necesita un buen final y éste, sin duda, lo ha sido: ha tenido emoción, es alegre y deja a todos contentos. Digo a todos porque a mí me queda la satisfacción de haber puesto un grano de arena para ayudar a que alguien levante el vuelo y otros echen raíces.
