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Monapart en La Vanguardia: ¿Qué es mejor, vivir en la ciudad o en las afueras?

Vivir en las afueras ha pasado de ser una alternativa a considerarse como primera opción para quienes priorizan el contacto con la naturaleza y el acceso a una vivienda con prestaciones más asequibles que en la ciudad. ¿Por qué todo el mundo quiere irse a vivir fuera de Barcelona? La situación vivida con la pandemia ha modificado la relación de las personas con sus hogares. Las preferencias y necesidades han cambiado y cada vez son más las que se alejan de las grandes ciudades en busca de viviendas con espacios abiertos, terrazas y jardines.

En este artículo de La Vanguardia, publicado el 28 de octubre de 2021, José Luis Echeverría, socio fundador de Monapart, analiza las razones de esta tendencia y da pistas sobre su posible vigencia una vez los efectos de la pandemia van remitiendo.

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Vivir en la ciudad o en las afueras, ¿qué es mejor? | 28/10/2021 | Natàlia Pastor (La Vanguardia)

La situación vivida con la pandemia ha modificado la relación de las personas con sus hogares. Las preferencias y necesidades han cambiado y cada vez son más las que se alejan de las grandes ciudades en busca de viviendas con espacios abiertos, terrazas y jardines.

Este fenómeno ya se dejó notar en los censos de muchos pueblos que acogieron como vecinos a quienes tenían una segunda residencia, pero el interés por vivir fuera de la ciudad ha ido más allá y se ha constatado en los buscadores de portales inmobiliarios.

Comprar una vivienda a las afueras

Según Francesc Boya, secretario general para el Reto Demográfico, desde el estallido de la pandemia, más de 100.000 españoles han abandonado las ciudades para irse a las afueras. Uno de los motivos por los que se ha producido este éxodo rural es la consolidación del teletrabajo. La pandemia ha impulsado esta práctica en muchas empresas, lo que permite a los empleados no tener que desplazarse a las oficinas, que en numerosas ocasiones se ubican en los centros de las grandes urbes.

“Nuestra opinión es que se trata de un efecto postraumático de la situación derivada de la pandemia, aunque para muchos la razón de este cambio venga motivada por todo aquello de lo que se careció durante el confinamiento", destaca José Luis Echeverría, socio y director de Expansión de la inmobiliaria Monapart.

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Las ventajas de vivir en las afueras son claras: la reducción de la contaminación (atmosférica, sonora y lumínica), el acceso a zonas verdes, una mayor tranquilidad y privacidad y precios más económicos que permiten acceder a una vivienda con más habitaciones, espacio exterior -e incluso terreno- y luz natural, junto con una zona para teletrabajar. Los futuros propietarios deben tener presente que comprar una vivienda a las afueras supone una mayor dependencia del vehículo para realizar los desplazamientos habituales (colegio, tiendas, farmacias, etc.).

Sin embargo, se trata de un intervalo de tiempo que difícilmente supera al número de horas destinadas a desplazarse por muchas de las grandes ciudades. Tomando como referencia los datos previos a la pandemia registrados por la empresa TomTom, por cada trayecto de 30 minutos en hora punta matutina, los conductores de Barcelona añadieron 17 minutos más. En total, suman cerca de unos seis días al año encerrados en un coche que, incluso, pueden derivar en trastornos del estado de ánimo como ansiedad, depresión y/o angustia.

"Los ‘autoexiliados’ no han cortado el cordón umbilical con la ciudad”. José Luis Echeverría, Socio y director de Expansión de la inmobiliaria Monapart

Existen, además, otras desventajas, como una oferta cultural (conciertos, exposiciones, teatro, etc.) más restringida. Pero para quienes pueden seguir teletrabajando son barreras asumibles. 

¿Cómo son los compradores que buscan una vivienda a las afueras?

Hay un interés por vivir fuera de la ciudad, pero sin dejar de ser partícipes de ella, como apunta Echeverría: “Los ‘autoexiliados’ no han cortado el cordón umbilical con la ciudad”. Tal y como observan desde Monapart, “son personas de 40 años o más, familias con niños pequeños o parejas cuyos hijos ya se han marchado de casa”.

Los futuros propietarios además de la ubicación buscan "una buena conectividad con la ciudad así como la proximidad y la calidad de servicios públicos (escuelas y atención hospitalaria, principalmente)”, matiza Echeverría. Y un interés común: “Se ha notado un fuerte interés por las viviendas unifamiliares con grandes parcelas de terreno, así como por las autopromociones -promociones en las que el cliente hace de promotor de su propia vivienda que es adosada”, comparten desde Monapart.

Los datos de agosto del INE evidencian la progresiva recuperación de un mercado inmobiliario que coge fuerza

Situación del mercado inmobiliario

¿Se mantendrá esta tendencia en el largo plazo? “Creemos que nadie puede responder a esta pregunta con demasiada seguridad, pero los datos informan de que la tendencia a abandonar la ciudad y comprar una vivienda a las afueras (por los motivos que fueran) ya existía con anterioridad al estallido de la crisis sanitaria y que se aceleró a partir del verano de 2020. Así pues, parecería razonable esperar que la intensidad de esta tendencia menguara gradualmente sin que esta deje de serlo”, valoran desde Monapart.

Los datos de agosto del Instituto Nacional de Estadística (INE) evidencian la progresiva recuperación de un mercado inmobiliario que coge fuerza. En el citado mes se cerraron 49.884 operaciones, la cifra más alta desde agosto de 2007 (sin contar con la registrada un mes antes, en julio, cuando se superaron las 50.000 transacciones). Con un importe medio de las hipotecas de 140.021 euros, los expertos coinciden en señalar la recuperación económica y las favorables condiciones hipotecarias como algunos de los motivos que explican este acusado repunte.