A la tercera va la vencida
Paula estaba grabando un vídeo con Birgit (la hasta ahora propietaria, en la foto) cuando llegué con Michele (la nueva propietaria) y su suegro a cortarles el rollo. Sin saber muy bien cómo, en un rato acabó todo con abrazos, nervios, sonrisas. Era mi tercera visita en esta vivienda. A la tercera va la vencida, dicen. Técnicamente sí, solo que hubo poco que vencer: Michele ya se había rendido nada más entrar.