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LOS ERRORES QUE COMETÍ EN LA OBRA DE MI PROPIA CASA

Hola, me llamo Meri, soy arquitecta y tengo un máster: reformar y rehabilitar mi propia casa. Hacerme mi propia casa significó, desde que la compramos en octubre de 2019 hasta que nos fuimos a vivir en mayo de 2022, uno de los mayores retos y aprendizajes de mi vida.

Es sabido que, por mucho que estudies y por mucha experiencia que tengas, no hay mejor forma de aprender algo que sentirlo, vivirlo y, en definitiva, pasar tú misma por ello. Al final soy una mujer con una vida, un presupuesto y un montón de miedos y cosas que me preocupan. Exactamente igual que la mayoría de mis clientas. Pero hoy no quiero explicarte mi historia. Hoy quiero que cuando acabes de leer estas palabras, te lleves algo para ti. 

Voy a explicarte algunos errores que cometí yo en mi obra. Quizá así no los cometas tú. ¿Vamos a ello?

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1. Pensar que yo solita podía con todo.

¡Qué típico! Comprar y reformar una casa no es cosa fácil ni de dos días. A todo esto, le sumas ser la arquitecta responsable de la obra. Con todas sus dificultades y responsabilidades. Pero, además, por si no tenía poco, también de contratista. Porque claro, ya lo gestiono yo y eso que me ahorro.

Que no. Que el que mucho abarca poco aprieta.

Céntrate en tu papel y delega. Rodéate de los mejores profesionales que te puedas permitir, confía y hazlo desde el principio, hazme caso. Porque el dinero que te puedas ahorrar no valen los nervios, los disgustos y el estrés que vas a tener si quieres hacerlo todo tú.

2. Tomar decisiones basándote exclusivamente en el dinero.

Mira que lo sabía... mira que lo veo a diario... Pues venga, yo también caí. De hecho, creo que aunque leas esto, tú también caerás. No pasa nada. Quizá algún día alguien pueda librarse de esta “maldición”. Entiéndeme, es importante llevar un control económico durante la obra. Yo diría que es fundamental. Pero es cierto que a veces nos perdemos escogiendo algo que en el momento nos soluciona el problema (no nos dan los números) pero que, a la larga, no es ni de lejos la mejor opción para ti.

A mí me pasó con el parqué. Escogí el sintético y descarté la madera natural. Sobre el papel, uno costaba el doble que el otro. Eso y que es muy chulo (la verdad), fue lo que nos hizo decidir. Ahora oigo el sonido al caminar. Veo cómo se acumula mucho más el polvo que con la madera natural y no hablemos si pienso en el material del que está hecho. En ese momento no supe coger distancia y ver lo que a largo plazo era realmente importante para mí.

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3. Dejarme llevar por el desgaste y las ganas de acabar.

Y esto tiene que ver con el primer error. 

Llegó un punto de la obra que estaba tan desgastada que solo quería acabar. Cosas que como responsable de una obra nunca habría dejado pasar por alto (sobre todo con los acabados), en mi propia casa sí lo permití. En el momento pasa el tema, pero luego queda lo que decidas y lo que des por bueno para siempre. Otra vez. Hay que tomar distancia y aire. Toma aire. Exige, siempre con educación, por supuesto, en todo aquello que consideres que no está bien y deja las prisas a un lado.

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4. Subestimar el trabajo de los industriales.

¿Quién no se atreve a pintar su casa? Total, si pintar lo hace cualquiera. ¡Nooo! ¡En absoluto! Pintar es un arte que requiere de habilidad, de herramientas, de conocimientos y de experiencia. Como casi todo en la vida. Que pintar una casa no es solo comprar un rodillo y un bote de pintura. 

Es el final de la obra, estás cansada y deseando instalarte ¿y tú te pones a lijar y a pintar como si lo hubieras hecho alguna vez? Como si fuera fácil. No te engañes, pero sobre todo, no infravalores ninguno de los oficios ni profesionales que van a pasar por tu obra. Porque ¿sabes lo peor de todo? Te pegarás un curro inhumano, tardarás 3 veces más, y no te quedará, ni de lejos, como lo dejaría un profesional.

Estos son algunos de los errores que cometí yo. Espero acordarme de todos la próxima vez que me haga una casa. Porque esto es como los hijos, cuando acabas de tener uno, no quieres ni hablar de tener otro, pero con el tiempo,se te olvida lo malo y solo te quedas con lo bueno. Porque todo lo bueno en la vida hay que lucharlo un poquitín ¿verdad? Y así quedó mi casa :)

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Ojalá te sirva. Un abrazo grande.

Meri+