Iglesias reconvertidas en casas
Hay de todo en la viña del Señor. Pero no todo señor tiene viñas como éstas.
En Australia encontramos una casa-iglesia reconvertida en loft que quita el hipo y que además, de «casa de todos» no tiene nada. Un único espacio contiene el salón, el comedor y la cocina, totalmente expuesta y presidiendo el espacio, como un altar, aunque espero que en él se ofrezca algo más que vino y pan ácimo… Eso sí, las paredes de color morado recuerdan la sotana de un obispo. Todo un detalle.
En Londres hay un templo reconvertido en casa.
La luz entra a discreción por los enormes ventanales de madera, enmarcados por los arcos ojivales que dan paso a la terraza. En esta vivienda tenemos butacas capitoné, tibones, piano de cola, objetos vintage esparcidos por aquí y por allí, todos ellos fueron sagrados en su día para alguien. La cocina está separada del salón por una soberbia mesa donde bien podría celebrarse otra última cena, aunque el entorno no sea “exactamente” el mismo. Firmo si mi última cena es en un sitio como éste…
También en el Reino Unido, en Kyloe, hay una iglesia georgiana reconvertida en hogar que es de todo menos dulce...
Junto a la casa hay un cementerio, grrr, el dormitorio principal está en el altar (cosa que no tienen ni las peores pelis porno), y los espacios son tan abiertos que no hay donde esconder los pecados.
De blanco nuclear se viste una casa-iglesia en Utrech reformada por el estudio holandés Zecc Architecten, roto sólo por la explosión de color de las vidrieras.
El perfecto equilibrio entre uno y otro se refleja en el interior, que al recibir la luz de forma indirecta y semi-cenital produce un efecto casi místico. Enrique Iglesias lo llamaría una experiencia religiosa en toda regla.
Y hay muchas más, creednos hombres y mujeres de poca fe. Y si sois como Santo Tomás y necesitáis poner el dedo en la llaga para creer, seguid curioseando en este blog, We Live in a Church. Si es que Dios los cría y ellos se juntan…
