¡Más madera! Entrevista a Xavier Mas
Háblanos de ti y de tu trabajo. ¿Dónde nació tu vocación? ¿Algún primer recuerdo?
Soy Xavier Mas y diseño y construyo muebles, soy ebanista.
Mi madre cuenta que de niño, cuando me preguntaban, siempre respondía que de mayor quería ser “hombre rana o carpintero”… Así que en cuanto pude me saqué la titulación deportiva de submarinismo y tardé algo más en empezar con la ebanistería. De hecho estudié Bellas Artes y me dediqué bastante tiempo a la pintura y al arte contemporáneo. Fue trabajando en museos donde tuve el primer contacto con la carpintería profesional: el MoMA en Nueva York tenía un taller completo con siete italianos tipo los Soprano que cocinaban allá mismo y a veces me interesaba más lo que hacían ellos que lo que se colgaba en las salas. Total, que acabé reciclándome.
¿Qué es lo que más te satisface de tu trabajo? ¿Alguno del que te sientas especialmente orgulloso?
La madera maciza es un tesoro y encontrar tesoros me sube la adrenalina: tengo algunos troncos maravillosos de olmo, nogal o fresno esperando el proyecto adecuado desde hace años.
La verdad es que cuando decidí dedicarme a la ebanistería todo el mundo me decía que estaba loco, que nadie apreciaba ya un trabajo de calidad. Pero no ha sido así, y cada vez más gente quiere objetos que perduren y valoran el proceso de crear un mueble a medida con maderas, procesos y acabados sostenibles.
Quizás lo más satisfactorio es cuando los clientes me plantean proyectos que se convierten en retos, como realizar muebles sin cola ni tornillos, o mi preferido, un baño japonés que hice hace un par de años en madera de cedro.
¿Cómo es tu proceso creativo?
Diseñar es dibujar, así que papel y lápiz, nada de programas. Después, prototipos en madera y más prototipos hasta conseguir lo que busco. Diseñar muebles desde un taller es también un número interminable de decisiones técnicas.
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?
La síntesis de las tradiciones oriental y occidental que realizó Georges Nakashima no deja de inspirarme, especialmente la idea del respeto por la madera como ser vivo que fue.
¿Alguna música en especial mientras trabajas?
Siempre hay música en el taller, pero ¡soy realmente ecléctico! Depende del humor puedo pasar sin orden ni concierto por AC/DC (un ratito), clásica (Barroco, a ser posible) o cantar a voz en grito Silvio Rodríguez, Dover o Manel. Sí, soy un chico old school.
Color, libro, peli y disco favoritos. ¡Por este orden!
Esto de los favoritos no es lo mío...
Color, imposible escoger uno, me gustan todos.
Libro…Titian: Nymph and Shepherd de John y Katya Berger (editado en español por Árdora).
Peli... he de poner dos: “Lost in translation” y “The Darjeeling Limited”.
Ahora mismo no tengo ningún disco favorito, imagino que por culpa de Spotify, pero en otras vidas oí hasta el aburrimiento “Buena vista social Club”, la BSO de “Tous les matins du monde” o “The melody at night with you” de Keith Jarrett.
¿Es tu casa reflejo de quién eres? Cuéntanos cómo es, tu objeto decorativo o mueble fetiche…
Llegué a tener miedo de acabar como esas viejecitas que recogen gatos, pero versión muebles: desde mi primera casa los adoptaba por la calle. Tengo también muebles hechos por mí, pero más bien funcionales, en casa del herrero…
Vivo en un piso antiguo y algo destartalado del Born donde estoy rodeado de cosas que me han ido acompañando por la vida, como los cuadros de mi amigo Nacho Tatjer.
La casa se organiza alrededor del corazón-cocina abierta por una ventana al salón. Hace un montón de años salió en la sección de decoración de un dominical con el título de “La casa reciclada”, así que lo de ser sostenible me viene de lejos.
Si pudieras comprarte cualquier cosa ahora mismo y llevártela a casa, ¿cuál sería? ¡Cualquier cosa!
Alguna silla de Hans Wegner.
Un planazo en casa siempre incluye…
Comida con amigos.
¿Tienes algún plato estrella?
Soy un crack del arroz negro.
¿Cuál es tu lugar favorito en tu ciudad? ¿Y en el extranjero?
Me sigue impresionando Santa María del Mar, temprano por la mañana, cuando no hay gente en la calle. Pasear hasta el mar es otro privilegio del barrio.
En el extranjero, ahora mismo, una façenda perdida en Minas Gerais, Brasil. Puro campito.
Cada vez más gente quiere objetos que perduren y valoran el proceso de crear un mueble a medida con maderas, procesos y acabados sostenibles.
Algo que nos quieras contar y que no te hayamos preguntado. ¡Habla ahora o calla para siempre!
Más pasiones: cuando viajo siempre llevo los prismáticos y mi vieja cámara Polaroid SX70.
Mi banda sonora preferida son los pájaros, los vencejos sobre la ciudad, autillos o cárabos en el bosque, mirlos o estorninos en los parques.
Entra en la web de Xavier Mas para descubrir el maravilloso trabajo de un ebanista del siglo XXI.
