Hogar
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El antes y el después de una vivienda típica del Eixample barcelonés

En esta sección dedicada a la monapartización de viviendas, analizamos las virtudes de una reforma que se fundamenta en tres grandes decisiones de proyecto: la luz natural, el aprovechamiento de la superficie, y la continuidad espacial.

Abriendo paso a la luz 

Follow de light (Caaarooolaaaiiinnn…), así es, la luz natural lo es todo; se ven las cosas mejor, los colores lucen como deben, se liberan endorfinas, nos vamos a cenar con lo ahorrado en facturas eléctricas… No acabaría nunca. Por eso el proyecto de reforma de esta vivienda ha apostado por colocar un vidrio fijo (una ventana interior) en el cuarto infantil para dejar pasar toda la luz del exterior que de otro modo quedaría retenida en la habitación que está en fachada. Haber pintado todas las superficies de blanco evidentemente también ayuda a conseguir la máxima reflexión de la luz solar y que esta llegue hasta rincones insospechados de la vivienda con una calidad muy aceptable.

Aprovechar cada rincón

Cada metro cuadrado cuenta, y más aún cuando lo estás pagando a 3.000€ o 4.000€ en el mejor de los casos, así que ¿por qué tirar metros cuadrados en, por ejemplo, recibidores que ya nadie usa? Como veis, la otra gran decisión de este proyecto ha sido sacar el máximo partido del espacio de recibidor hasta el punto de haber conseguido una cocina y un pasillo de acceso (si bien, a mi modo de ver, este último podrían habérselo ahorrado; hoy en día entrar por una cocina se ha vuelto una condición muy aceptable). En cualquier caso, no hay color (basta ver el antes/después) respecto a la condición anterior.

Juntos pero no revueltos

La continuidad espacial se consigue con un recurso tan elemental como hacer que una pared no llegue al techo. Ya sabéis, mantenemos la privacidad que otorga una separación opaca a la par que percibimos la continuidad del espacio por encina de la altura de los ojos y con ello, una sensación de amplitud imposible en las habitaciones cerradas.

Bien, podríamos estar rato hablando de cosas y cositas, de detalles y muebles y del acierto de tener pocas cosas, pero conociéndome, esto se puede volver un poco moña y puedo acabar escribiendo cosas del tipo: La Rocket Chair de los Eames confiere a la sala la naturalidad y el look casual-chic de los interiores californianos de los años sesenta…

Buffff… que alguien me pare.

 

José Luis Echeverría, Socio y Director de Monapart

José Luis Echeverría

Socio y CEO

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